viernes, 8 de enero de 2021

Trío imprevisto

 


Por: Luis C/Columnista invitado

Hace un par de años logré que mi novia de ese entonces, Carolina, una chica muy tímida y sumisa, que apenas había cumplido sus 19, follara con otros hombres. Para resumir la historia, después de probar muchas cosas en el sexo quería hacer algo nuevo y me topé con estos vídeos de mujeres que cogían con otros frente a sus novios.
La simple idea de imaginar a mi novia así, me la ponía durísima. Al principio, para cumplir esta fantasía le decía a Caro que imaginara a algún amigo mientras la follaba. Inicialmente se negó porque supuestamente solo tenía ojos para mí, pero después de unos meses ella era quién pedía imaginar a uno de nuestros amigos. Ella cerraba sus ojos mientras la penetraba y se corría imaginando a nuestro dichoso amigo.
Su primer encuentro fue en su fiesta de cumpleaños. Ella esa noche usaba un leggins negros y una camiseta. Le había dicho con anticipación que esta noche podría cumplir su fantasía de ser cogida por Jorge, nuestro amigo. Ella al principio se negó, pero después aceptó.
Planeamos todo, pediríamos quedarnos a dormir, fingiría estar muy ebrio y me iría supuestamente a dormir mientras ella se lo cogía.

Recuerdo que esa noche fuimos los únicos que nos quedamos, así que nos fuimos todos a su habitación. Jorge había bajado a ordenar para dejar todo listo, le dije que me iría a dormir y me recosté en el sillón que estaba a pocos metros de la cama.

El corazón me latía muy rápido, la idea de que en poco tiempo mi novia iba a complacer a otro hombre me dejaba con una extraña sensación de nervios, de excitación.

Primero calenté a Caro para que no le diera timidez ponerse coqueta para Jorge, nos besamos por un buen rato y la masturbé un poco por sobre la ropa. Le dije que se acostara en la cama de Jorge y que se bajara un poco el leggins, ella obedeció y se lo bajó un poquito, apenas para dejar ver un poquito de esas delicadas y bellas nalgas blancas. También su tanga negra, esa que yo le regalé en uno de nuestros aniversarios.

Entrecerré mis ojos y ella también, esperamos uno o dos minutos que parecieron eternos, sentía cosquillas en el estómago y el corazón en la cabeza.

Nuestro amigo abrió la puerta y vio a mi novia acostada así, un poco nervioso fue a remecer a Caro muy suavemente y le dijo

‘’Caro, acuéstate con Luis’’. Ella fingió despertar y le dijo ‘’ ¿Y si nos acostamos un ratito juntos a conversar?’’

Jorge se sentó en la cama cerca de ella, ella se acercó a su boca y le dijo ‘’No te preocupes que Luis está muy ebrio’’.

Inmediatamente después de eso Caro le da un beso suave, Jorge, muy nervioso, mira en mi dirección (yo intentando ocultar mi erección con unas mantas con los ojos entrecerrados).

“Caro, estás muy ebria y yo no le puedo hacer esto a Luis”. Mi novia lo tomó del brazo y lo acercó a ella, nuestro amigo no pudo resistir y le acarició despacio las nalgas que aún sobresalían un poco del leggins, a veces jugaba metiendo sus dedos entre las costuras de la tanga mientras mi novia lo besaba muy apasionadamente.

Después de un rato Caro se quitó la camiseta y el leggins, Jorge también se quitó la camiseta, la tomó de la cintura y le dijo algo así como “siempre quise hacer esto contigo, Caro”, la besó despacio, mientras con una mano acarició sus nalgas y con la otra la masturbó.

Caro empezó a besar el pecho de nuestro amigo en dirección contraria a mí, bajaba con sus labios lentamente, yo veía sus nalgas desde ese lugar, a la vez que observaba a Jorge derritiéndose del gusto.

Caro bajó hasta el punto de quedar en cuclillas, desabrochó los pantalones de Jorge y saco su verga. Escuché ese sonido húmedo de la boca de mi novia en la verga de Jorge. Estuvieron un buen rato así, mi novia comiéndole el rabo, mientras que él jugaba con el cabello de mi chica.

Después de un rato mi amigo se acostó y Caro se puso sobre él, restregando su vagina, aún resguardada por su tanga oscura, sobre la verga erecta de mi amigo.

Caro se movió la tanga a un lado y dejó que mi amigo se la rozara directamente, después se acercó a su rostro y le dijo –“esta noche sólo te la chuparé”

Pero Jorge ya estaba iniciado y no iba a permitir que Caro lo dejara con el calentón. Cuando ella pareció darse la vuelta para dejar las cosas ahí, Jorge la agarró de los brazos, la empujó contra una pared y la penetró desde atrás, sin ningún tipo de miramiento.

“Lucho ayúdame, ayúdame”, comenzó a gritar Caro mientras Jorge le deslizaba su miembro por entre las paredes de su vagina.

No era exactamente lo planeado, pero esto me excitó más de la cuenta. Inicialmente no reaccioné, seguí tumbado allí, fingiendo estar profundamente dormido. Quería ver hasta dónde podían llegar Jorge y Caro en esta situación que yo había propiciado.

Pero luego la excitación me venció, abrí los ojos y me puse en pie. Jorge se detuvo, quedó helado y empezó a tartamudear mientras buscaba una explicación para darme, pero yo lo tranquilicé de inmediato, le hice saber que todo esto era planeado. Sin embargo, ahora yo quería unirme al jolgorio.

Le propuse seguir penetrándola mientras ella me regalaba una de sus espectaculares mamadas. Caro no parecía del todo convencida para realizar su primer trío de esta manera, pero bastó una mirada mía a sus ojos para llenarla de confianza.

Tristemente para Caro y para mí, la fantasía del trío duró poco tiempo hecha realidad, Jorge se corrió rápidamente, y al final fue él quien terminó viéndonos coger.

Con el tiempo aprendimos a escoger mejor a los terceros de nuestros adulterios.

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